miércoles, 3 de septiembre de 2008

Descanso en Lunas


Los días de Luna Nueva y Llena se descansa de la práctica en la tradición de astanga. Aunque suene a un capricho de los yoguis. Esto se debe a una causa más bien científica que esotérica.
Durante estos días, la luna ejerce una fuerza gravitacional sobre todos los elementos de origen acuoso en nuestro planeta. El ser humano posee más de 70% agua en su masa física, por lo tanto, al igual que el mar, se ven afectados por las fases de la luna.
Las posiciones relativas crean diversas experiencias energéticas que son comparables al ciclo de la respiración. La energía de la luna llena correponde a al final de una inhalación, cuando la fuerza pránica que asciende es más grande, es expansiva y nos hace sentir muy energéticos, a veces, emotivos y testarudos, ya que estamos poco enraizados.
En cambio, en la luna nueva, el efecto se asemeja al final de la exhalación, cuando la fuerza del apana es la más grande, es decir, en descenso. Nos volvemos calmados y bastante enraizados, sin embargo, con poca disposición al ejercicio físico.
De esta manera, el practicante de yoga observa (o descansa) estos días, puesto que se logra sintonizar con los cambios del cosmos, comienza a sentir este tipo de energías incluso en días nublados, cuando la mayoría de las personas no saben en qué fase de la luna nos encontramos.

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